Los medios de comunicación social o Social Media desempeñan una función aún mayor que los medios tradicionales en la generación de opinión pública y concienciación ciudadana. Las informaciones y opiniones en ellos versados inciden directamente en la concepción del entorno sociopolítico: participan en la creación de valores y determinan actitudes que, a su vez, influyen en la convivencia, participación de espacios colectivos y toma de decisiones políticas.
No es posible controlar el flujo de informaciones y valoraciones que emiten desde redes y blogs millones de personas; pero las instituciones y profesionales tienen una gran responsabilidad en la promoción del uso responsable de las herramientas 2.0 y, más aún, en el fomento de buenas prácticas en los nuevos medios sociales.
En materia de inmigración, esta acción responsable pasa por obviar los estereotipos y tratar las nuevas realidades culturales resultantes del fenómeno migratorio en clave positiva -o, al menos, neutra – . De este modo no se perjudica la valoración social de los inmigrantes y sus sucesivas generaciones, que no son sino ciudadanos de pleno derecho, ni se entorpece su integración social.
En 2007 la Coordinadora de ONG de Euskadi de Apoyo a Inmigrantes, Harresiak Apurtuz, presentaba un “Manual recopilatorio de buenas prácticas periodísticas” en materia de inmigración. Algunas de las ideas en él versadas son perfectamente aplicables en Social Media y tomándolo como base me permito sugerir el siguiente DECÁLOGO DE BUENAS PRÁCTICAS EN SOCIAL MEDIA:
1. No mentar grupo étnico, color de piel, país de origen, religión o cultura si no es IMPRESDINDIBLE para comprender la información.
En este sentido, a la hora de presentar “titulares” o mensajes cortos en redes como Twitter, Facebook, LinkedIn, Google +… el link a la noticia puede evitar el sensacionalismo negativo y estigmatizante hacia minorías étnicas, donde dichos datos sólo debieran aparecer si son “estrictamente necesarios” para entender la noticia.
2. No caer en generalidades ni maniqueísmos que puede propiciar una excesiva simplificación de las informaciones.
La realidad migratoria es muy compleja y los residentes de origen extranjero tan heterogéneos como lo son los propios autóctonos. Los estereotipos son una simplificación de la realidad perjudicial para aquellos a los que se refiere y también para los receptores al suministrarlos una visión maniqueísta y deformada de su entorno. Los espacios reducidos en determinadas redes no son excusa para simplificar la información hasta deformarla.
3. Potenciar las noticias positivas referentes al fenómeno migratorio y a sus protagonistas frente a las negativas o sensacionalistas.
Noticias negativas llaman a otras noticias negativas y generan opinión negativa en los receptores. Noticias positivas ayudan a reforzar y valorar la riqueza e intercambio cultural. A la hora de compartir enlaces en redes sobre temas sensibles es fundamental leer previamente el artículo que se difunde y hacer que nuestra cronología sea ejemplo de templanza y equidad en la difusión de contenidos.
4. No emplear adjetivos calificativos ni descripciones sensacionalistas o /y elegir términos positivos o neutros a la hora de publicar informaciones.
Términos como “invasión”, “brote”, “oleada”… genera alarmismo social de un modo totalmente innecesario y/o injustificado. El mismo efecto produce la asociación de noticias vinculadas a inmigrantes que refieren a “violencia”, “delincuencia” o cualquier tipo de actividad ilegal. Los adjetivos sólo son portadores de valoraciones que, en el mejor de los casos, conllevan a un buenismo que termina viendo como víctimas a quienes debieran ser tratados como iguales.
En el caso de personas en situación de irregularidad administrativa debe evitarse el uso de términos como ilegal (totalmente incorrecto e inapropiado al referirse a una persona), indocumentado o sin papeles.
5. Verificar las fuentes de información.
Una información negativa falsa puede convertirse en viral y alcanzar a cientos de miles de personas en un período muy corto. Aún aplicando posteriormente la RECTIFICACIÓN esta puede no llegar al mismo público. Es FUNDAMENTAL verificar la información, relativizar y comprobar las fuentes (¡incluso si son oficiales!).
6. Recoger las informaciones que ofrecen las propias minorías étnicas.
Aportar sólo datos o informaciones de segundas o terceras partes supone caer en una subjetividad muy poco recomendada cuando se trata de temas tan sensibles como la integración sociocultural. Es necesario escuchar las voces en PRIMERA PERSONA y procurar dar el mismo eco que a relatos (o informaciones) de segundas y terceras personas.
7. Tomar máxima precaución en el uso del material gráfico (fotografías y vídeos).
Una fotografía genera mayor impacto que una información exclusivamente textual y probablemente se trate también del elemento constituyente de la noticia (o contenido noticioso) con mayores probabilidades de ser manipulado. Por otro lado existe el derecho a la imagen que no debiera ser violado bajo ningún pretexto.
8. Hacer valer el interés del menor sobre las informaciones. Los derechos de la infancia e intereses de los niños prevalecen en todos los casos, incluso en los que se denuncie injusticia hacia la infancia.
TODOS los menores de 18 años -tanto españoles como extranjeros- están acogidos por la Ley 1/1996 de protección del menor. En casos judiciales NUNCA pueden identificarse a los mismos, menos aún con imágenes. En el tratamiento informativo de menores siempre es necesario la presencia de padres, representantes legales o tutores: si la información perjudica su reputación, honor o intimidad aunque exista autorización de tutores será considerada intromisión ilegítima. Opiniones o comentarios que juzguen, humillen o deterioren su autoestima, creencias o valores deben ser totalmente desterrados de cualquier mensaje o información. Difundir información que atenta contra el interés del menor nos convierte en cómplices de violaciones contra los derechos de la infancia.
9. Respetar los derechos y principios de intimidad y privacidad.
Ya en 1968 Naciones Unidas advertía mediante Resolución de los peligros derivados del uso de las nuevas tecnologías frente a la protección de derechos fundamentales, como el honor y la intimidad. La privacidad no conoce de exclusión en razón de origen, religión, cultura, condición. Y su respeto debe ser particularmente escrupuloso en el caso de personas en riesgo de exclusión. No se debe contribuir a la difusión de fotografías invasivas (planos cortos) si no consta la autorización expresa de su protagonista.
10. Prestar atención al uso gramatical del género, para evitar la invisibilización de las mujeres.
En el tratamiento de grupos mixtos hay que visibilizar y reconocer la labor de ambos sexos. El uso de un lenguaje discriminatorio no sólo perjudica a las mujeres que integran el grupo étnico sino, por extensión, a toda la población femenina. La comparación entre mujeres inmigrantes o entre inmigrantes y autóctonas está más que desaconsejada cuando una de las culturas aparece como “inferior” o sitúa a la mujer en posición de sumisión. En el trabajo hacia una sociedad igualitaria, donde prime la igualdad de oportunidades, el lenguaje desempeña una función esencial ¡evitemos lenguaje y comentarios sexistas en redes, seamos prudentes en la redacción de nuestros artículos en blogs!
Chema Espejo
Hola Bárbara, primero de todo felicitarte por el post. Me ha parecido muy interesante.
Los puntos que propones como decálogo son muy buenos. Ojalá más de uno se lo aplicara. Hay dos que me parecen fundamentales:
Verificar la información. Cuanto más información más desinformación. Parece una contradicción pero en un mundo con tanta info cada vez te encuentras gente desinformada. No te digo en temas que no le interesan, sino en temas básico para su propia vivencia. Y en eso la verdad que verificar es esencial, no es raro el día que veo post compartidos en redes sociales que si profundizas un poco sabes que es un foco de “desinformación”.
No mentar grupo étnico, etc. Sobre esto tengo la anécdota de un compañero periodista holandés que alucinaba como en las noticias decían continuamente el país de origen de los ‘malechores’. “Si son malos, da igual de donde procedan”. Ya no es raro ver como dicen la nacionalidad continuamente, creo que es un mero ‘copiar y pegar’ de la info que dan instituciones como la Policía.
Un abrazo
Josep Miquel
Hola Barbara ,
Me ha parecido interesante tu articulo. Creo que hay mucho que hacer para que los inmigrantes se integren en nuestra sociedad. Pero creo que también debería existir voluntad por parte de ellos para su integración. Ellos también deben hacer un esfuerzo en conocer la lengua y la cultura del lugar que los acoge, para evitar guetos.
Yo vivo en cataluña, los servicios sociales de los ayuntamientos que lo pueden hacer, ponen medios para que conozcan catalán y la cultura de cataluña, algunos tiene programas de acogida a los inmigrantes.
Lo que observo es que hay colectivos que consideran que aprender una nueva lengua o integrarse en grupos culturales del lugar que los ha escogido les supone perder parte del bagaje en el cual los han educado.
Saludos